La actuación tuvo lugar en el histórico escenario de las Llanuras de Abraham en el marco del Festival d’été de Québec, donde más de 80.000 personas se congregaron para ver el cierre de la gira Greatest Hits de la canadiense, acompañada por sus compatriotas y amigos. La colaboración no solo fue una sorpresa para los asistentes, sino también un emotivo guiño a los inicios de ambos artistas, marcados por la influencia de esta banda en la escena pop-punk de finales de siglo y milenio.
Antes de interpretar el tema, Lavigne explicó que blink-182 fue una inspiración clave tanto para ella como para Simple Plan. "Esta canción nos recuerda por qué empezamos en esto", dijo, antes de que los primeros acordes de “All the Small Things” desataran una ola de nostalgia entre el público. La multitud, compuesta por fans de todas las edades —desde adolescentes hasta adultos que crecieron con estos himnos—, coreó cada palabra como si el tiempo no hubiera pasado.
La química entre Lavigne y Simple Plan fue palpable. Pierre Bouvier, vocalista de la banda, compartió el micrófono con Avril mientras ambos recorrían el escenario con la energía de sus mejores años. La interpretación fue fiel al espíritu original de la canción, pero con un toque fresco y personal que solo dos leyendas del pop-punk canadiense podían aportar.
Este homenaje no fue un hecho aislado. En los últimos meses, Avril ha estado revisitando sus raíces musicales, incluyendo una reciente colaboración con su exmarido Deryck Whibley para interpretar In Too Deep de Sum 41. Además, junto a Simple Plan, lanzó el tema Young and Dumb, una reflexión nostálgica sobre sus días de gloria en 2002, que también formó parte del setlist del festival.
El espectáculo estuvo cargado de momentos memorables: desde fans invitados al escenario para recibir monopatines autografiados, hasta versiones de otros clásicos como All Star de Smash Mouth y Mr. Brightside de The Killers. Simple Plan incluso sorprendió con una versión bilingüe de Jet Lag junto a la artista quebequense Claudia Bouvette, mientras Bouvier se lanzaba al público en un acto de pura euforia punk.
Fue una noche para celebrar la música, la juventud eterna y la magia de los 90 que, al parecer, nunca se fue del todo.
Escrito por Juan Ignacio Herrero para Los 40 | los40.com